Cada vez son más las organizaciones que son atacadas por ciberdelincuentes. Casos de ataques que nos parecían de película los vemos con frecuencia en empresas conocidas y cercanas. Estas organizaciones criminales (en la mayoría de los casos no estamos hablando de ciberdelincuentes individuales, sino de bandas criminales con una estructura organizada y con especialistas en cada una de las áreas de conocimiento necesarias para diseñar y ejecutar ataques de ciberseguridad) son difíciles de perseguir por parte de los cuerpos policiales, ya que se aprovechan de la complejidad legal a la hora de investigar este tipo de delitos que se cometen en el ciberespacio y desde máquinas en distintos países, muchas de ellas pertenecientes a botnets.
En este vídeo, se muestra un caso real de una organización que estaba siendo monitorizada y suplantada por una banda criminal, y cómo fue necesario un plan de acción rápido para desplegar soluciones de seguridad que protegieran los sistemas de información y de comunicaciones de la compañía.
La ciberseguridad ha pasado a ser un coste de estructura que todas las organizaciones deben tener en cuenta en sus presupuestos anuales, ya que es un coste recurrente que incluye tanto las soluciones de ciberseguridad como los servicios gestionados para monitorizar y analizar todas las incidencias que vayan surgiendo.